Combustible previo al yoga: come con intención antes de tu práctica

Tema elegido: Combustible previo al yoga: qué comer antes de tu sesión. Descubre cómo nutrirte de forma ligera y efectiva para fluir, respirar y sostener asanas con serenidad, sin pesadez ni bajones de energía.

Principios esenciales de la nutrición previa al yoga

Entre 60 y 90 minutos antes, opta por un bocado ligero que ofrezca energía sostenida. Ese margen permite iniciar la práctica sin pesadez, evitando reflujo, mareos o sensación de estómago inquieto durante las torsiones.

Principios esenciales de la nutrición previa al yoga

Prioriza carbohidratos complejos para combustible, una porción pequeña de proteína para saciedad y una pizca de grasas saludables. Esta combinación estabiliza la glucosa y evita picos que interrumpan tu enfoque o respiración.

Principios esenciales de la nutrición previa al yoga

Bebe agua a sorbos en la hora previa, no de golpe. Un exceso justo antes puede incomodar en flexiones. Si sudas mucho, añade una pizca de sal marina y limón para favorecer la retención de líquidos saludables.

Qué comer 60–90 minutos antes de extender el mat

Avena cocida con canela y rodajas de manzana, o pan integral con rodajas finas de plátano. Son opciones cálidas, reconfortantes y de liberación gradual, ideales para transiciones fluidas y equilibrio sostenido.

Qué comer 60–90 minutos antes de extender el mat

Una pera madura o frutos rojos con yogur natural aportan vitaminas, antioxidantes y fibra moderada. Sostienen la concentración sin provocar picos de azúcar que puedan cortar tu respiración o tu enfoque interior.

Dátil con mantequilla de almendra

Un dátil relleno con una cucharadita de mantequilla de almendra brinda energía rápida y estable. Es pequeño, delicioso y no sobrecarga el estómago antes de saludos al sol intensos o equilibrios desafiantes.

Batido pequeño y equilibrado

Licúa medio plátano, un chorrito de yogur, agua y canela. Sirve una porción pequeña, para evitar sensación de estómago lleno. Es un impulso discreto que acompaña respiraciones profundas sin incomodidad.

Lo que conviene evitar antes de la práctica

Evita frituras, quesos muy curados o salsas cremosas. Su digestión lenta puede provocar reflujo durante inversiones y malestar en torsiones. Tu cuerpo agradecerá una entrada más limpia y liviana al tapete.

Hidratación consciente para respirar mejor

Reparte la ingesta de agua desde dos horas antes. Llegar “bien regado” evita tragos ansiosos durante la clase. Tu diafragma se mueve libre cuando el estómago no está sobrecargado de líquidos repentinos.

Hidratación consciente para respirar mejor

Un vaso de agua con limón y una pizca de sal marina ayuda a retener líquidos útiles sin exceso de azúcar. Ideal si tu sesión será vigorosa o en ambientes cálidos donde sudas con facilidad.

Historias reales: pequeñas decisiones, grandes posturas

El cambio de Ana antes del equilibrio

Ana solía llegar con café y bollería. Cambió por avena con manzana y notó estabilidad en cuervo. Menos temblor, más respiración. Pequeñas elecciones transformaron su confianza en transiciones exigentes.

Ajusta tu combustible según la hora del día

Amanecer suave

Si practicas temprano, quizá baste medio plátano o yogur con miel. El cuerpo recién despierta y agradece sencillez. Deja los desayunos grandes para después y celebra tu savasana con una comida nutritiva.

Mediodía con foco

Entre reuniones, elige pan integral con hummus y rodajas de pepino. Ligero, crujiente y funcional. Te permitirá sostener posturas de pie sin somnolencia ni pesadez, y volver al trabajo con mente despejada.

Tarde-noche sin sobresaltos

Opta por avena tibia o sopa clara con quinoa si faltan pocas horas para dormir. Evita excitantes. Así el cuerpo se relaja, la digestión fluye y la práctica se vuelve un puente amable hacia el descanso.
Necesitas energía sostenida. Prueba pan integral con mantequilla de cacahuete fina y rodajas de plátano, o avena ligera. Evita lácteos muy pesados que puedan agitar el estómago durante saludos y transiciones rápidas.
Menos demanda física, más interioridad. Un té suave con una galleta de avena puede ser suficiente. Busca calma digestiva para sentir tejidos y respiraciones largas sin distracciones provenientes del abdomen.
Prepara agua con limón y una pizca de sal, más fruta fácil como melón o uvas. Porciones pequeñas, nada pesado. Evita picantes y fritos para que el calor no agrave molestias gastrointestinales innecesarias.
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